sólo 44 añitos y muchas generaciones

Era un 21 de julio de 1964 cuando España volvía de los bares a sus casas con la alegría de que la selección española había ganado la Eurocopa en la final ante la URSS. Fue una competición organizada en España con el antiguo formato de semifinal y final y en la que los dirigentes políticos del momento se tomaron con especial intención el enfrentamiento contra la URSS (huelga comentar el porqué). Era una España en blanco y negro, no porque los recuerdos estén grabados en fotografías de la época sino porque no había colores en la ropa, en banderas o en grabados. La austeridad tenía que inundar toda la vida social.

Con el tiempo la vida ha evolucionado y el día 29 de junio de 2008 era imposible ir por una calle de España sin ver a nadie con algo rojo. No era necesario llevar la elástica de la selección, bastaba con una camiseta normal, una tela o la bandera. La increíble explosión de sentimiento y emoción que se vivió desde el gol de Fernando Torres en el minuto 33 de la final y durante toda la noche hasta la llegada de la selección española a la “Plaza Roja de Colón” no tiene igual en nuestra historia reciente.

Tras años escuchando que España se rompía, anunciando la desmembración irreparable del estado y de la nación, llevamos unos meses que ya no interesa tanto ese discurso machacón y reaccionario. Y justo ahora, encontramos una victoria tan inesperada como mágica de la selección que se celebra sin control (en algunos lugares de manera excesivamente vandálica) en toda España. Manifestaciones tan anónimas como espontáneas en Madrid, Barcelona o Valencia nos dicen que el pueblo está muy lejos de esos enfrentamientos inútiles entre élites políticas que durante un tiempo se contagiaron a parte del resto de la población.

Es cierto que hay poblaciones y ciudades en las que grupos antinacionales estaban en contra, pero hay movimientos a los que, desgraciadamente, nada influye en su idea unidireccional de mantener una realidad que sólo les beneficia a ellos. Sólo el tiempo nos dirá como evolucionan.

Ante todo, muchas felicidades a todos los españoles que estos días han ido creyendo en una selección que nos tenía tan defraudados y en la que pocos creían. Ya puede decir nuestra generación que ha levantado una Eurocopa.