En las últimas semanas se está escuchando mucho sobre la fusión de Caja Castilla-La Mancha y Unicaja. Desde hace meses estamos viviendo como la economía de la caja autonómica tiene problemas de liquidez. Desde los rumores de suspensión de pagos y cierre de las oficinas (fruto de una conversación mal conducida) hasta el aumento de las comisiones que venimos sufriendo por movimientos que anteriormente no tenían gravamen, nos hacían pensar que la entidad bancaria se encontraba en malas situaciones. Con el tiempo se ha demostrado que es cierto.
Pero como todos los gatos no son pardos, es necesario estudiar con detenimiento el proceso que está llevando a la fusión entre Caja Castilla-La Mancha y Unicaja. El empeoramiento de la situación económica ha llevado a presentarse en la región un índice de morosidad superior al 5%, cantidad difícilmente soportable por una entidad que ha basado sus activos de crecimiento en el espumoso mundo de la construcción. La concentración de capital en ese sector ha llevado a que, tras la grave caída del sector, sea necesario buscar una salida para rescatar los fondos contaminados.
Nos podemos permitir la libertad de utilizar estos términos que hasta hace unos meses eran desconocidos para gran parte del común pero que, desgraciadamente, inundan los medios de comunicación diariamente.
Prosiguiendo con el tema en cuestión, es importante conocer el clima en el que se ha sucedido la fusión. Los consejos de administración de ambas cajas, formadas en parte por miembros políticos al ser formadas por las propias comunidades autónomas, aprobaron por unanimidad los términos de la fusión, independientemente del color político que ostentaran.
Como indica la ley de Cajas de Ahorros, los consejeros designados por los partidos políticos tienen libertad de elección. Aunque, en ciertos casos, como los dos miembros del Partido Popular expedientados por la dirección regional, la necesidad de buscar resquicios a la labor de gestión del gobierno autonómico y perjudicar así la gobernabilidad de una entidad bancaria fundamental para el sostenimiento de la región son evidentes.
Ante todo, es necesario recordar que todos los fondos existentes en cajas de ahorro o bancos, están sostenidos en España hasta 100.000 € por cliente y entidad gracias al fondo de garantías. Es complicado que ocurran casos como Lehman Brothers en un sistema bancario donde los controles al movimiento económico son importantes, tachados por muchos como lastres al crecimiento de los bancos (con la idea de que implica el crecimiento del resto de la sociedad) pero eficaz en momentos como el actual.
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