Garzón en el banquillo: el mundo al revés

Al día siguiente de que el juez instructor liberara el sumario del caso Gürtel con más de 50.000 folios de investigación sobre los movimientos fiscales y monetarios fuera de ley de un grupo de empresarios, con el beneplácito y ayuda de varios altos dirigentes del PP, se ha dictado como imputado al juez Garzón por investigar los crímenes contra el franquismo. Resulta doliente para cualquier persona de estado que Matas quede en libertad tras pagar los tres millones de euros, que según sus cuentas no tiene ni en líquido ni en posesiones, pero que el juez que consiguió crear un mito en la jurisdicción internacional al iniciar los trámites para investigar a un asesino de manos blancas como Pinochet si se siente en el banquillo.
El error de este caballero es concederse capacidad para investigar crímenes del franquismo, capacidad para la que está sobradamente capacitado según el reglamento pero que como toda ley, según quien la lea se entiende de una manera. El delito de Garzón ha sido intentar meterse contra los verdaderos poderes de este país, los poderes que nos controlan desde hace muchas decenas, los señores hijos y nietos de los grandes de España que se siente molestos porque el nombre de su padre aparezca en la lista de autores u ordenates de fusilamientos.
El delito para todos es que el juez más importante, con diferencia, en lucha antiterrorista en España, que ha instruído casos claves con los gobiernos de todos los colores, será ahora juzgado por intentar meter mano a tantos beneficiados por el régimen franquista.